Ve y reúnete con ella, conocerás la desnudez como del mundo lo que se extingue, lo yermo y glacial. No puede amarte en un cuerpo que no le pertenece.
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Los heridos se me cuelgan en los hombros, resbalan con su sangre y sus voces moribundas dictan mis textos, así te amo mi extraño mi desconocido mi lejano, para siempre te quiero herido e irnos juntos tan fríos, olvidados.
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Los goznes de la noche chirrían hasta que la hierba se desprende, y yo mastico hasta la última brizna, / de hambre de ser oída / esta herida por la que alucino.
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