domingo, 10 de julio de 2016

En septiembre Camille, Ediciones Kultrun de Valdivia, Chile.

CAMILLE
(1864-1943)
 Ana Rosa Bustamante
                                                                
"Tras apoderarse de la obra realizada a lo largo de toda mi vida, me obligan a cumplir los años de prisión que tanto merecían ellos……no quede yo para siempre en esta nada con barrotes que es la prisión de locos, donde mi madre y todos ustedes me han confinado, por haber tratado de ser Camille y mujer, Camille y artista, Camille y amante y libre”.


El beso de mármol
Cuando sea un árbol voy a parar al viento
en la  rama del invierno estaré
viendo las aves en su vuelo que van a otro lugar,
cuando navegue los ríos con el sedimento en mi boca,
esos que aplacan y acallan sin matar,
mis manos de sordos hablaran
por los ojos inertes del metal,
con ese lodo,
con ese ruido
voy a defender el sol en mis latidos,
el crujido de mi casa en la rivera donde solía soñar,
y las hojas de mi historia cinceladas con la lumbre de la oscuridad,
las borre mi sangre cuando vuelva con el viento.




La araña  no hila y
no hay perros que avisen,
no hay gritos, ni manchas confusas, ni  niños,
somos los fallidos, los perdidos, fósiles dormidos,
todo está tranquilo  al final de los años,
que unimos horas iguales a la derrota
y nos murmura solo el sol y el agua y la urbe no me recuerda,
mi mano no da señas, si ya casi estoy dormida.


Cuando sea un árbol,  no tendré que ver con la pena,
Clotho es un adorno en el jardín,  virtuosa habitante
sin agosto sin ángeles sin pensamientos.

Mis raíces en los brazos de un difunto  surcan el frío del mármol, y abrigaré su espalda por los estandartes que ya no flamean,
y la primavera  en mi corteza  teje  flores que llevarán al cementerio,  lazo turbio
la fiereza de los que guían el mundo.


No sé dónde estaré aparcada mintiendo a eruditos  y a beatos por ese cuerpo frío, por ese llanto tieso,
cuando mi voz calle a la lluvia su caída, silenciándola como un buitre poderoso sobrevolando tu corona,
el pensamiento displicente  al tamboreo,  no pretenderá  satisfacer
a la palma cóncava con sed
la muda quietud de mi  herida.




Mis frutos serán comidos sin más luz que mi osamenta,
desnuda,  fría,   maté a la que fui y el caduco cielo vació los remos,
desde entonces,    en  mi casa estoy   mirando  gestos   errando  sin saber adónde ir
y no logro esculpir  mi viaje,  
y una garra atesta en mi cuarto,
cuando sea un árbol solo en el desierto,
impunes van a hundirme  en mis entrañas             
                   el corazón de una gacela y
preguntarán por mí al final de mis días
                             si  hay una que muerde en primavera,  
un diente ausente se nota,  enfin,


No tolero ordenada la bandada sin mis patas  sigilosas

que migran la absurda rinconada con sed y hambre,

una gota de sangre va marcada debajo de mi lana por el comprador.


Cuando alto era el vuelo me volvía pájaro y oveja negra que  el baladro remeció en  la urbe antes de saludar,

ahora  arrecia con un sueño deshilachado y no hay  un cielo

que escarmiente a la aherrojada de su vuelo su  peregrino tranco,

ni provisión   ni  gránulo que en la vera de los tiempos sigan a esta aldea en la gloria,
entre mosaicos húmedos y grises estoy en realidad tiritando,  
a  contracorriente la mutilación  es un ardid de rumbos, sigue todo en más
como si nada sucediera
y mi garganta pide perdón,
pero, emancipada de las burbujas  el silencio aún me nombra,
y mis cuerdas merodean las  palabras en la ondulación
de la llama,
la  duermevela de mi velador,
el  bronce  las yemas,
la brutal tempestad.

https://historiaenfemenino.wordpress.com/2012/04/24/camille-claudel/


En septiembre mi próximo libro Camille, Ediciones Kultrun de Valdivia, Chile.

CAMILLE
(1864-1943)
 Ana Rosa Bustamante
                                                                
"Tras apoderarse de la obra realizada a lo largo de toda mi vida, me obligan a cumplir los años de prisión que tanto merecían ellos……no quede yo para siempre en esta nada con barrotes que es la prisión de locos, donde mi madre y todos ustedes me han confinado, por haber tratado de ser Camille y mujer, Camille y artista, Camille y amante y libre”.


El beso de mármol
Cuando sea un árbol voy a parar al viento
en la  rama del invierno estaré
viendo las aves en su vuelo que van a otro lugar,
cuando navegue los ríos con el sedimento en mi boca,
esos que aplacan y acallan sin matar,
mis manos de sordos hablaran
por los ojos inertes del metal,
con ese lodo,
con ese ruido
voy a defender el sol en mis latidos,
el crujido de mi casa en la rivera donde solía soñar,
y las hojas de mi historia cinceladas con la lumbre de la oscuridad,
las borre mi sangre cuando vuelva con el viento.




La araña  no hila y
no hay perros que avisen,
no hay gritos, ni manchas confusas, ni  niños,
somos los fallidos, los perdidos, fósiles dormidos,
todo está tranquilo  al final de los años,
que unimos horas iguales a la derrota
y nos murmura solo el sol y el agua y la urbe no me recuerda,
mi mano no da señas, si ya casi estoy dormida.


Cuando sea un árbol,  no tendré que ver con la pena,
Clotho es un adorno en el jardín,  virtuosa habitante
sin agosto sin ángeles sin pensamientos.

Mis raíces en los brazos de un difunto  surcan el frío del mármol, y abrigaré su espalda por los estandartes que ya no flamean,
y la primavera  en mi corteza  teje  flores que llevarán al cementerio,  lazo turbio
la fiereza de los que guían el mundo.


No sé dónde estaré aparcada mintiendo a eruditos  y a beatos por ese cuerpo frío, por ese llanto tieso,
cuando mi voz calle a la lluvia su caída, silenciándola como un buitre poderoso sobrevolando tu corona,
el pensamiento displicente  al tamboreo,  no pretenderá  satisfacer
a la palma cóncava con sed
la muda quietud de mi  herida.




Mis frutos serán comidos sin más luz que mi osamenta,
desnuda,  fría,   maté a la que fui y el caduco cielo vació los remos,
desde entonces,    en  mi casa estoy   mirando  gestos   errando  sin saber adónde ir
y no logro esculpir  mi viaje,  
y una garra atesta en mi cuarto,
cuando sea un árbol solo en el desierto,
impunes van a hundirme  en mis entrañas             
                   el corazón de una gacela y
preguntarán por mí al final de mis días
                             si  hay una que muerde en primavera,  
un diente ausente se nota,  enfin,


No tolero ordenada la bandada sin mis patas  sigilosas

que migran la absurda rinconada con sed y hambre,

una gota de sangre va marcada debajo de mi lana por el comprador.


Cuando alto era el vuelo me volvía pájaro y oveja negra que  el baladro remeció en  la urbe antes de saludar,

ahora  arrecia con un sueño deshilachado y no hay  un cielo

que escarmiente a la aherrojada de su vuelo su  peregrino tranco,

ni provisión   ni  gránulo que en la vera de los tiempos sigan a esta aldea en la gloria,
entre mosaicos húmedos y grises estoy en realidad tiritando,  
a  contracorriente la mutilación  es un ardid de rumbos, sigue todo en más
como si nada sucediera
y mi garganta pide perdón,
pero, emancipada de las burbujas  el silencio aún me nombra,
y mis cuerdas merodean las  palabras en la ondulación
de la llama,
la  duermevela de mi velador,
el  bronce  las yemas,
la brutal tempestad.

https://historiaenfemenino.wordpress.com/2012/04/24/camille-claudel/


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DAVID FERNANDO DUKE - PINTOR SALVADOREÑO

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