Hablen mujeres niñas
hablen, hablen,
la cerveza se acaba,
y volverán a la
cotidiana cesta que las columpia.
Organicen sus
familias,
ahora que se han
hecho responsable del desamor,
de la
independencia
de la ternura
esquiva,
las calles están
oscuras y vacías,
las ciudades sin
árboles
sin brazos que
abracen
sin luz que
ilumine
sin paz sin paz que
aquiete,
solo los
anuncios publicitarios muestran la familia de amor,
a lado del auto
para salir a las
playas
adonde llorarán
frente al mar
con el horizonte
tan lejos.
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