A todo aquello que se quebró en mí,
A todo aquello que deshizo una letra que dijo la maldad,
A todo aquello que calló en mis cuartos sin paredes como un
encierro,
A todo aquello que escurre del color innominado:
Escritores de montaña, letrados de alma, alfabetos del
analfabeto corazón,
Hay un núcleo común, que no de estallar será la guerra
Jamás la palabra murió desnuda.
VICTORIA Y CURACAUTÍN SEPTIEMBRE 2012
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