Romina
Isla Juan Fernández - 2
sept. 2011
Tú de aire tu piel en las
calles, la flor y la piedra.
Pasarán las mañanas, la tarde y la noche
pasarán en las mías, pasará mi dolor, el dolor
y la próxima vez hablaré mirando tu rostro,
mis brazos palpables a tus hombros.
Viniste del mar,
hablaremos destellos
curiosos.
No lloro, te tuve en mi sangre
y escurres
por ella, tu aliento reposa lo oigo,
no dije adiós ni haré
señas,
mi mente está intacta
mis ojos, el sol y la sombra,
el viento los tiempos
y tiemblas mi vientre,
fruto en silencio.
Mi hija,
mi respiración.
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