Del alimento,
la herrumbre en las veredas del hambre,
la violencia de las mordeduras las oculto hace años,
no recuerdo,
no las recuerdo cuándo fueron.
no las recuerdo cuándo fueron.
Quien volara en la neblina como una bailarina mordida,
tan fría como el duro desdén de los hombres audaces
no se vestirá en galas.
no se vestirá en galas.
Un hierro que afirme
devore
a golpes
a golpes
y en el lodo se clave
en el fétido grabado de la noche
y la dureza de los labios,
ojos
y el corazón de la fría intimidad.
en el fétido grabado de la noche
y la dureza de los labios,
ojos
y el corazón de la fría intimidad.
Del alimento,
la herrumbre que me ha asfixiado,
nunca más danzar
mis pies se niegan a todo movimiento.
nunca más danzar
mis pies se niegan a todo movimiento.
1 comentario:
Hermoso poema.
Se siente la dureza de la vida.
Un abrazo
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