Las ruinas
paseo dominical en el norte
paseo dominical en el norte
y los jotes heridos
me miraban con sus rostros resentidos
en la luna escondida
que acaparaba estrellas y
que acaparaba estrellas y
el calor nos hacía sudar de juegos
en el beso de despedida en los niños alegres que fuimos.
Mi padre atrapaba suavemente mi mano
en la luz de sus ojos
algo se mecía
una lisonja
algo se mecía
una lisonja
para que yo fuera feliz antes de iniciar el trayecto.
El sendero al estepario se estremeció
entre un águila y sus alas
que divisamos antes del brindis de despedida.
que divisamos antes del brindis de despedida.
El sendero nos llevaría a un lugar estrepitoso,
pero luego de la felicidad vino el sombrío vocablo asesino
que nos dejó rendidos
que nos dejó rendidos
en un grito inacabado en el subsuelo
esos años
que el ardor de las hojas frotando piedras
nos apena
como una pesadilla
como un susto en la noche.
esos años
que el ardor de las hojas frotando piedras
nos apena
como una pesadilla
como un susto en la noche.
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