1
¿Qué haces tú en
medio de esta violencia? Las selvas están llenas de barro, manantiales y aguas
esmeraldas. El tarascón al acecho. El insulto te apaga la risotada por vulgar, qué
haces en medio de tantos disparates si le brindaste a la vida tu eyaculación de
estrellas. ¿Qué haces tan listo a morir en medio de las muertes? ¿Qué magia me
dejaste al fin y al cabo?
2
Me pediste volver a la mesa donde el vino se hizo agua
y la conversación alteró los ánimos de los vivientes de la calle que no
enviaron las flores al atardecer.
Yo no quería olvidarte, pues en mi pecho quedó la vida
juntos, yo quise avisarte que nos
iríamos separados por estas patrias divorciadas por la historia insensata de
los gobernadores. Toda esa inquietud
que me aniquila en esta oscura frontera.
Intentaré para siempre hasta el último sorbete del
vino amargo, respirar las rosas marchitas sobre el delantal de la mujer triste
que yace a diario sentada vendiendo sus yerbas. Me pediste volver, me pediste volver adonde
el agua se quedó torrentosa y apagó la
voz en la mitad de la ceremonia y no quiso escuchar más.
Ya no puedo responder a la visión del carbonizado
que ideó alguna vez un paraíso, y no pude soportar el golpe del martillo sobre
el barniz rudimentario de su última habitación.
Todo ruge y rauda la brisa de las calles se escucha y se huele como una lengua
pegajosa que intenta hablar, diseñar
mapas mágicos para atraerte a la vida, porque
aunque el navegante haya perdido sus fuerzas y sus músculos hayan roto
en las profundidades amenazantes todo interés por moverse, hay un pensamiento minúsculo que yace entre
sus paredes de carne y le grita y rasguña para rescatar al naciente nuevo.
Te quiero hablar, quiero estar y ser a tu lado un
silencio al menos, una muerte al menos, porque no hay nada peor que el
precipicio perpetuo.
3.
Anoche huiste como un gato extrañado después del
trueno,
mis piernas yacían aún
como dos rayos afilados en la oscuridad y nuestros brazos
Se nos vinieron impetuosos como ahogados del río al cuerpo salvador.
Los vampiros se colgaron al techo y allí quedamos uno
sobre el otro
Como un bebé en los pechos de la madre.
Anoche te fuiste corriendo y las ventanas sonaron y apagaron
mi grito.
Ven a terminar la película, debo sobrevivir.
El torrente no ha devuelto los cuerpos…allí quedamos.
4.
Detendré la tarde que hicimos una vertiente amorosa y
romántica
Y que ninguna calzó el sol debajo de tu cintura,
Nadie supo donde encontrar el nudo enloquecedor
y ninguna escribirá en la noche a oscuras el testamento póstumo
ensuciado con la sangre periódica.
Aún así te quise como como una gata a sus polluelos
como la rata al gato,
Con soberbia y rencor.
Así te quise
Como al aire el fuego,
Como la ropa al
cuerpo en un ruin invierno donde las gacelas no lucen con ganas
Su andar diminuto.
Todo nuestro amor fue encantadoramente absurdo porque
los derrotados se quedaron en las calles convencionales y falsas.
Yo sé que tu maloliente piel luego de la carrera será
yo, la pecadora
La licenciosa de los patios, la deseada a muerte,
pero no es liberada la entrada a este circo mi vida.
No me jodas porque no habrá más ambición de ti, así al
menos.
Solo tú y tu alejamiento me harán traerte como al
animal la carroña.
5.
No me quieras a pedazos,
no infrinjas la
quietud a mis cuerpos,
no me ames mutilada.
Pues seré la
mentira,
una más del mundo.
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