Estoy gimiendo esta tarde
cuando la luz se ha marchado
y mi oscuridad está aquí
como un zumo que degüella
desde un volcán dividiéndose.
Quién se entera de los dones dormidos
cuando el pez herido va a contracorriente,
de la boca fruncida
los cristales que queman sobre la grava,
y el paladar está seco,
ninguna melodía es dulce
a está hora.
No hay comentarios:
Publicar un comentario