1
Aguijón de sangre
que te aleja
y
te lleva
a
innominados lugares
dulce amarga
raíz enlodada
de mis
pulsiones
Aquí mi cuerpo
roto,
mis vísceras hinchadas
mis vísceras hinchadas
acezan el
vientre,
sonámbula
los brazos abrazan como una hiedra
la sombra.
Por tu voz
late el álamo su viento gris,
por tu vida recorrida te redimo y huyes
de lo
imposible,
pero me
aplastan los instantes.
El
fuego aplaca la piel cambiada
tantos
siglos
mi gesto inerte
mi gesto inerte
mis años
remotos no te vieron,
los años
nuevos de tu cuerpo hieren a esta porcelana
rudimentaria
en sábado
melancólico,
descampado
el tiempo de convenciones
argamasa mis huesos memoriosos
será entonces el fin.
será entonces el fin.
Desplante
rastrojo sagrado trojel,
en mi
maternal útero
te beso
desesperada en la última boca bella
que besas.
Mujer yo,
imagen de pulso
acuclillada en el mar,
en la oleada que muere,
acuclillada en el mar,
en la oleada que muere,
la ola
encabrita
para no
mirar a los muertos
de las
soleras.
2
Recordar ese aire de lluvia
de primaveras
agonías.
de primaveras
agonías.
Recordar la
luz de la tarde,
cuando te
dije: ven a mis brazos
para olvidar.
¿De qué
manera vivir, amor?
ahora que la
juventud cierra los ojos
con el terrón lanzado
por la
brisa
del desierto
y llegó a
dictar los resquemores,
porque yo
partí
una vez
con mi ardorosa niñez
con mi ardorosa niñez
desde la
pampa.
3
Fue muy
rápido
el morir de
amor
el amar la vida.
Los
disímiles hijos juegan
a la ronda
de los compradores
ahora que es tarde
y la
memoriosa envergadura del habla
persiste
para
sobrevivir
sentados en
un sofá
esperando
esperando
que la
mirada termine de pasar sobre
el
horizonte.
4
Puedo contar
contigo
como cuento
con mis palabras
que escriben
no mienten
y me
esperan,
pues no les
exijo
más que
sobrevivan
como la
pasión sobre mi piel
y el papel
que ha de quedar
en un sueño
escurriendo sangre nuestra.