Hacia la Universidad.
Ajeno a mi madre, salir como
quien ara en el agua y los peces sacan sus cabezas a saludar, con la ilusión
refregándote en los umbrales de las puertas de los cuartos tan cerrados.
Se oyen los gemidos
los gritos y la ignominia de no saber responder con los ecos duros, lo que no
contaste a tu madre. Su salida nocturna
rozando primero el jazmín, para impregnarte de la noche festiva.
Nunca fue a la escuela.
Bordear el canto
del río sucio y movedizo creyéndose estrella reflejada en el agua,
esperando el susurro definitivo antes de que la encontrara la muerte.
Yo quise que me
tomaras desnuda madre antes de partir errante perdida por las plazas, siguiendo tu huella plegada a las orillas de
los bancos que tanto me gusta oler.
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