lunes, 26 de septiembre de 2011

El abismo


La oscuridad involucra a las cosas rescatables
que  tanteamos hasta herirnos los dedos y persistimos en buscarlas
hasta embriagarnos,
porque abandonados temblamos gélidos
entre rocas que nos contarían la dura verdad,
las abrazamos como el sol ilumina a las flores de las tumbas,
disimula el breve hueso
que es polvo esparcido al abismo,
que mi boca con la lengua relamiéndola
pareciera urdir señales,
                                              azores, 
                                                              supuestos
y no caer nuevamente en aquel pozo estrellado.

Hoy,
como siempre,
tu desayuno en la mesa,
mientras
sobresaltadas siluetas se niegan a las alas malheridas,
a las flores blancas, a la piedra dura.

La oscuridad podría ser tu resurrección

domingo, 25 de septiembre de 2011

Lapsus calami 2

Ansiosamente, siempre ansiosamente, escuchando las cabezas desesperadas de tanto extraño decadente en mi corazón que se deshace haciéndome pedazos el mundo, ese mundo lejano, extraño, que  debo cada día rehacer para mi solaz,  digo solaz no digo alegría sino un sosiego que me permita sobrevivir serenamente, no librarme de  emociones, ni lucir ante otros mi satisfacción, por temor a mostrar mis fantasmas, sólo quiero nacer y  encender fuegos  que me quemen, no para morir calcinada sino saber que la vida consumió lo que quiso de mí y la muerte me sorprenda vacía, ya no haya nada que sacar, que vaciar,  porque tampoco puedo decir sufrir, porque sufrir es marchar tanteando lados para esperar, como siempre, lo que no sabemos y nos duele.

THE ABYSS



The dark things involving redeemable
so many fingers to hurt us and we persist in looking
to get drunk,
abandoned because icy shiver
between rocks that would tell the hard truth,
that we embrace as the sun illuminates the flowers from graves
concealed the short bone
dust that is scattered into the abyss
my mouth with his tongue licking
seems to signal,
sing,
seal
not to fall into that pit again crashed.

today
as always,
your breakfast on the table,
while
silhouettes startled deny being badly injured wings,
with white flowers, stone hard.

The darkness could be your resurrection.

viernes, 23 de septiembre de 2011

Quien, sobre un elevado escaño en las exequias vocifera el panegírico, hace alarde y olvida al festejado,  su corbata fina, la alabanza general.
No me busques nidos en los pechos, ni caminos largos a mi casa, pues mi puerta abro sin miedo a la ciudad, oscura y sola, atosigada de nubes que respiras, y envenenas.  No me preguntes sobre el dinero con que compro, porque no compro me despojan, hasta el último temblor, ese que deseas para sacar la lucidez que hace tiempo has perdido en mitad de la calle.   El sonido sordo de vestidos que lucen las veredas, son l risa de un payaso solitario que une sus brazos a sus compañeros ebrios, tan ebrios están para no sentir que el amanecer será el brujo con su garfio que avanza día a día el  calendario,  así la muerte nos mira de soslayo, nos engañamos masticando el cáliz multicolor pisoteado por la multitud,  y seguimos siendo el falso yeso en la mesita de noche de un poderoso. 

jueves, 15 de septiembre de 2011

SÍLABAS


Las sílabas de un bosque inexplorado  me relatan
lo que dejamos afuera nublando el firmamento
para llamar estrella a todo lo que brilla
torpe seducción pan perdido,

para llamarla  estrella.

Agotan  las manos compasivas que remontadas de un brinco
se cuelgan del árbol que  asombra,
pero el poema es termita que ablanda la madera
y un  sueño que la ciudad violenta
sin compasión.

Encontramos un  botadero de papeles  escritos 
ahuyentados  por el viento
con nuestros rostros,
seguimos con el óleo y la mirra



y estallan las arterias en un loco  paraíso
que a nadie hechiza.

Nuestras calles se aposentan veneradas,
nuestras huellas,
por cada simulación de amarlas 
estremecemos,

embanderándonos  a última  hora
en el rastro imperceptible. 

martes, 6 de septiembre de 2011

Animal

Mi estómago es un cordel que se asoma,  me roza, tantea mi víscera, se asoma, huye, se asoma,  lo palpo como preña y voy en una balsa cubierta de trozos,   un animal muerde la madera y salpica astillas mojadas que entierran sus puntas en mis ojos.  Porque aquí helado mi entorno de hielo una lápida en mi nombre antiguo, mi cuerpo malherido y las voces esos agudos ruidos, mis pies quedan sobre el suelo helados, muy fríos, no voy a beber el líquido mientras los labios supuren, las palabras gritan retenidas en mis mandíbulas rezuman con este dolor en las sienes, los párpados ciegan  imágenes, todo ruge en un  tenebroso pozo donde me quedo a lamerme  los reflejos donde escribo los últimos signos en las tablas, me encierro, vuelo debajo de la montaña, no respiro, soy la vena llena golpeando los objetos y busco algo que saque de mi estómago este nudo que se acerca a mi lengua, comienza mi páncreas a endurecerse como  restos del aire hacia el mar,  cemento en mis fosas nasales, ya no grito, no grito, no hay sol. 

domingo, 4 de septiembre de 2011

Quién maldijo al mundo

Por qué no he podido a pesar de los embustes
reconocer que no soy capaz,
no soy capaz de sostener sola esta tierra,
esto de sentirme responsable del mundo
que si partiera este planeta con un escupitajo
causando una avalancha
nadie me indicaría con el dedo extendido,
creyéndome la espada guardada siglos sin filo,
esos hombres,
esos hombres no son más que  reyes de una vez
que pusieron precio a la lindura oliéndome
el perfume de la flor sujeta en mi oreja,
y así adivinaron,
huyeron.
No fui yo quién maldijo al mundo.
Por mi culpa no se labora con el sudor de la muerte,
corté la rama entre brumas no miré la cáscara
y salí de las auroras dulces
sangrando entre las piernas
sin quejidos,
sin placer.

viernes, 2 de septiembre de 2011

La escuela y el francés

Me encantaba ir a la escuela, a la Escuela de Aplicación anexa a la Normal de Antofagasta, me gustaba ese día seis de agosto, el día de Bolivia, porque ese día todos homenajeábamos al país vecino, había celebraciones, revistas de gimnasia, y se repartía helados y dulces.     Íbamos a las “academias” diferentes artes u otras actividades que luego se llamaron extraprogramáticas y ahora talleres.  Fue todo lo que me atrajo de la educación en la escuela.  Recuerdo que estudiaba el hijo de la “empleada doméstica” y el hijo del médico.  No conocí el paraguas hasta muchos años después.
Una  vez me encontré un librito viejo con letras desteñidas, y le pregunté a mi mamá que fue profesora, qué era ese libro, y me dijo que existía un idioma muy lindo que se llamaba francés.  Así llegó el francés a mis oídos y a mi vida, mi mamá me repetía la pronunciación cuando yo le preguntaba, y luego encontré en una enciclopedia de mi casa  una parte donde se enseñaba gramática..  Adoro ese idioma, por ese idioma comencé a conocer los poetas,  y los malditos precisamente.   La sonoridad de los vocablos, su sensualidad y su ritmo fueron mis compañeros cuando yo era una niña. 

Dos grullas


Era muy linda. Caminaba al compás de su falda, sus caderas se mecían y yo imaginaba lo que todos ellos también se imaginan cada mañana, descansados y jóvenes como el cielo que recién aclara.  Sus suaves nalgas rozando mis muslos, le acaricié sus brazos que ella levantó hasta mi cuello, pensando que podía acercarla frenéticamente a mí cuerpo, la empujaba, le mordía la oreja, le tiraba suavemente su pelo y comenzaba a moverse, yo contenía mi temblor, ansiaba entrar en su piel, pero así deseaba este rumbo sin fin. ¿ Después qué? Comprendería al fin y al cabo, que nunca quise yo estar a solas con ella. Cuando en el colegio las monjas me tomaban, yo pensaba mal, me tocaban y me hablaban bajito, para que yo pensara en la virgen, y yo amaba, ciertamente a la virgen, todo dió un vuelco en mí, en ese encierro entre los árboles mientras la lluvia evitaba abalanzas y la intimidad invitaba a unirnos solitariamente y nadie decía nada, y yo tampoco, sólo cuando mi corazón dolía al no poder decirle cuánto la amaba, salí encadenada, para nunca más volver, no era necesario, la lluvia sigue mojándome y cada deseo me parece equívoco, y yo no debo decir nada más.

nube

Wordle: Bethany A

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DAVID FERNANDO DUKE - PINTOR SALVADOREÑO

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